Hola de nuevo!!!
Después de este parón en mi blog, me he decidido a continuarlo con alguna que otra historia que aún me quedaba por recordar.
Esta historia ocurrió en nuestra querida peña verde. Esa bajera que recogió momentos tales como la pelea de nata que tanto recordaremos, el empotre de moto contra la bajera de al lado, los superkaraokes con los videoclips salidos de tonito, Spice girls... y cómo no recordar la historia que voy a escribir a continuación.
Recientemente, habíamos pintado la peña de color verde, de ahí su nombre, por lo que era el momento de decorarla a nuestro gusto. Escribimos nuestros nombres en la pared, dibujos, frases... y a mí se me antojó la idea de pintar una telaraña en una de las esquinas del techo.
Tras la aprobación de mis amigas, me dispuse a dibujarla una tarde en la que solo estábamos una amiga y yo.
Cómo la idea era dibujarla en la esquina, y ésta era alta, tuvimos que apañárnoslas para llegar hasta ella.
En primer lugar buscamos una escalera ( la famosa escalera ya comentada en entradas anteriores de este blog), sin encontrarla. Una silla no era la mejor idea ya que encima del sofá se hundía y no daba estabilidad alguna. Un sillón encima de otro tampoco resultaba buena idea por lo que al final, optamos por utilizar un cubo de basura bastante alto, puesto encima de un sofá esquinero que teníamos colocado bajo la mencionada esquina.
Pues ese fue el plan. Poner el cubo encima del sillón y yo, subirme encima de la tapa para poder llegar a dibujar la telaraña. Mientras, mi amiga, me sostenía el cubo con sus manos para que se venciera.
La idea parecía buena ya que conseguí empezar a dibujar la telaraña. Todo iba bien hasta que de repente, y como era de esperar, con mi peso la tapa del cubo cedió y se rompió por lo que caí dentro del cubo y hacia atrás desde las alturas en las que me encontraba. Mi amiga, no pudo hacer otra cosa que empujar el cubo hacia un lado para que mi tortazo no fuera mayor.
La imagen final mía en el suelo, metida en la bolsa de basura (con toda la mierda dentro, claro está) y con la tapa a modo de cinturón desembocó en un ataque de risa de ambas que acabó, como era de esperar... :) Al menos, el suelo no lo manché...
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Una entrada de las mias, nunca mejor dicho...
JMJ Madrid, 2011. Allí estábamos mi prima, con la que pude disfrutar de esta magnifica experiencia y yo, esperando a uno de los metros que nos llevaría a alguno de nuestros destinos en esas fechas. El metro esos días estaba repleto de personas que, como nosotras, iban de lado a lado de Madrid para realizar las diferentes actividades organizadas para esos días.
A pesar de haber escuchado la frase unas 20 veces por megafonía de "cuidado con el espacio que separa el andén con el vagón", la entrada triunfal que realicé en uno de estos vagones no tuvo ningún desperdicio.
Y es que sí, como os imagináis, metí la pierna entre andén-vagón con la consiguiente entrada de morros al tren.
Vergüenza ajena de mi prima ante semejante situación y carcajada intensa por parte de todos los que ocupaban en esos momentos el vagón. Yo solo me limité a levantarme, darme cuenta una vez más de mi torpeza, refugiarme en mi pelo y decir, TIERRA TRÁ
GAME.
A pesar de haber escuchado la frase unas 20 veces por megafonía de "cuidado con el espacio que separa el andén con el vagón", la entrada triunfal que realicé en uno de estos vagones no tuvo ningún desperdicio.
Y es que sí, como os imagináis, metí la pierna entre andén-vagón con la consiguiente entrada de morros al tren.
Vergüenza ajena de mi prima ante semejante situación y carcajada intensa por parte de todos los que ocupaban en esos momentos el vagón. Yo solo me limité a levantarme, darme cuenta una vez más de mi torpeza, refugiarme en mi pelo y decir, TIERRA TRÁ
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